Matemáticos famosos
los ha habido por doquier.
No tenemos más que ver
los libros voluminosos
que contienen biografías
de célebres personajes
que forjaron el bagaje
de esta ciencia día a día.
En la antigüedad fue Grecia
la cuna de la razón,
base de la civilización,
que nos la dejó en herencia.
Arquímedes, Tales y Euclides,
Demócrito y Pitágoras,
Hipócrates y Anaxágoras,
de la ciencia, adalides.
Con el Islám nos ganamos
sin duda la mejor parte,
siendo monumento aparte
los números que utilizamos.
Van desde el cero hasta el nueve
y más que diez símbolos son,
pues según su posición
así su valor adquieren.
Términos con el prefijo “al”
como álgebra o algoritmo
proceden, y duda no atisbo,
de esa civilización genial.
Luego hay autodidactas
tales como Pierre Fermat,
y el indio Ramanuján,
mentes precisas y exactas.
Es tan grande y abundante
que hasta donde ella alcanza,
nuestra ciencia hoy se alza
sobre hombros de gigantes.
Y como la historia enseña,
Gauss y Euler son leyenda
alumbrándonos la senda
que ha dejado su huella.
Antes de la calculadora,
Que hoy usan los escolares,
A los cálculos elementales
Dedicaban muchas horas,
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Y si estos fuesen complejos
Tanto tiempo dedicaban,
Que milagro consideraban
Si concluían de viejos.
Para efectuar los mismos
Una solución se dio
Y John Napier inventó
Los famosos logaritmos.
Y gracias a este saber
Los astrónomos del mundo
el universo profundo
comenzaron a entender.
Pues las distancias de eones,
Enormes y siderales
Con logaritmos decimales
Se abrevian operaciones.
Hoy han caído en desuso
Por que hay calculadoras
que por nosotros laboran,
Aunque a veces se hace abuso.
¿La informática?... el acabóse
Y tanto la Ciencia ha avanzado,
A pasos acelerados,
Que casi nos creemos dioses.
Y en nuestra arrogancia acusada
Ni cuenta sabemos darnos
Que debemos conformarnos
Con una mente limitada.
Y pese a algunos fracasos
En este camino tan largo
Han sabido hacerse cargo
De ir abriéndonos el paso
Otros hombres tan geniales
Como lo fueron los griegos
Los árabes y europeos,
Cristianos y musulmanes.
No hace distingos la Ciencia
E invoca la solidaridad
Pues sabe que en la humanidad
la unión es supervivencia.
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Pontevedra, José M. Ramos, 2 mayo 2012
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