El
amor es cuestionable,
el
alma es una entelequia,
pues
por su naturaleza
no
son entes mensurables.
Y
en el canto del poeta
parece
que son tangibles
cual
si fuesen susceptibles
de
analizar en probeta.
Y
al amor ellos vinculan
en
ámbito material
y
así poder moldear
en
los versos que postulan.
Igualmente
ven el alma
como
algo muy concreto
y
componen sus sonetos
combinando
las palabras.
Pero
estos dos conceptos
no
se pueden describir
en
versos, ni incluso mil,
pues
no se trata de objetos.
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Así
que por eso mismo
un
fraude a mi me parecen
aquellos
que pertenecen
al
club del Romanticismo.
Pues
se alcanza la verdad
de
la ciencia y poesía
discurriendo
por la vía
de
la pura realidad.
Y
mucho considero osado,
por
parte de diletantes,
que
pretendan ser garantes
de
aquello que Dios ha dado.
Sin
haberlo comprendido,
resulta
muy atrevido
a
un soneto trasladarlo.
Y
compuse este clamor
que
pretende denunciar
ese
afán por encerrar
en
rimas, alma y amor.
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José M. Ramos. Pontevedra, 12 agosto 2011