Hoy no encuentro inspiración,
mi cerebro está vacío,
de ideas campo baldío,
ni un ápice de intuición
que me permita hilvanar
algunos ripios insulsos,
o al menos echar un pulso
a este arte de rimar.
La
Musa me
ha abandonado,
estará con muchos otros
¡Ay de mi! ¡Qué pobre tonto!
pretender ser un letrado…
Y como es obvio y palmario,
escribo por escribir
y así poder sentir
que al menos lucho a diario
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contra esta pereza tan vaga
que me acosa y me persigue
y como las fauces de un tigre
toda mi alma atenaza.
Escribo por escribir
es estribillo sentido
que no por ser repetido
diga que quiera mentir.
Y hoy
que creo sucumbir
y me encuentro deprimido,
es por lo que promulgo y digo
que escribo por escribir.
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José M. Ramos. Pontevedra, 20 enero 2012