Aquí
yace un alma en pena
Cuyos
deudos recriminan
Se
arrojase a una piscina
Creyendo
que estaba llena.
Aquí
yace Mari Mar
que
de insomnio padecía
Ahora
que está muerta y fría
de
dormir se va a hartar.
Como
en vida era un zafio
lo
enterraron sin tristeza,
denunciando
su vileza
en
este breve epitafio.
En
vida no me quisiste,
rechazaste
mis ofertas,
y
ahora que estas bien muerta
que
gran favor tú me hiciste.
Epitafio de un
maltratador
¡¡Vete
al carajo Manuel,
que
te coman los gusanos
por
haber sido un marrano
y
zurrarme sin cuartel!!
Epitafio de un
parapsicólogo
Bajo
esta losa marmórea
deja
la carne y los huesos
para
ser tras su deceso
una
entidad incorpórea.
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Epitafio de un bombero
Ahora
que ya está ciego
sordo,
mudo e inerte
le
ha liberado la muerte
de
tener que apagar fuegos.
Epitafio de un policía de
tráfico
De
vivo ponía multas
era
chulo y pendenciero
y
ahora en este agujero
bajo
una losa se oculta.
Epitafio de un sibarita
Cuando
era joven y ufano
Muchas
angulas comió.
La
situación se invirtió
pues
es pasto de gusanos.
Epitafio de un fontanero
Se
enterró a un fontanero.
Bajo
esta losa tan fría
Y
con lo que cobró en vida
su
ataúd lo hizo un joyero.
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José M. Ramos. Pontevedra, 11 de agosto 2011