Aquí
yace un almirante
al
que erigieron un busto,
y
aunque tiene el gesto adusto
no
hay pájaro al que éste espante.
Pues
en cualquier monumento,
erigido
en su memoria,
las
aves con sus escorias
lo
embadurnan de excrementos.
***
Aquí
yace un traficante
que
droga metió en su ano
y
se quedó tan ufano
porque
le entró como un guante.
Pero
al pasar el control
un
agente de antivicio
creyó
ver algún indicio
de
que iba de farol.
Lo
llevó a un evacuatorio,
le
hizo un tacto rectal
descuidado
y tan brutal
que
se rompió el envoltorio.
Y
no murió de una esclerosis
ni
de cáncer ni de sida
sino
que perdió la vida
por
una gran sobredosis.
***
Yace
en este camposanto
por
un cáncer que pilló
cuando
en un tejado instaló
unas
planchas con amianto.
***
Dejad
por mí de llorar.
pues
resulta gran ventaja
que
me cubra una mortaja
ya
que dejo de fumar.
***
Llegó
Caronte en su barca
y
el río Estigia mítico
lo
cruzó con un político
para
entregarlo a la Parca.
***
Feo
hasta el paroxismo
era
este pobre finado
y
ahora, bien sepultado,
su
fealdad da lo mismo.
Al
haberse desprendido
de
su envoltura mortal,
puede
ser considerado igual
que
al más guapo y más fornido.
Es
que en la muerte no hay veto
ni
al feo, ni al jorobado,
pues
una vez descarnado,
solo
queda el esqueleto.
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Por
cubrirte una mortaja,
Tus
deudos están contritos,
pues
no saben en que sitio
escondiste
tus alhajas.
***
El
premio gordo ganó
y
fue tan grande su alegría
que
sufrió una apoplejía
y
la muerte se lo llevó.
Sus
deudos muy abatidos,
tristes
y desesperados,
no
es que lloren al finado
sino
al boleto perdido.
***
Era
un trapecista necio,
de
un triste circo ambulante,
que
usó aceite lubricante
para
agarrarse al trapecio.
***
Sus
amigos lo recuerdan,
siendo
del circo un artista,
pues
era un funambulista,
al
que se le rompió la cuerda.
***
Aquí
yace Doña Pura
que,
pese a tener ese nombre,
se
acostó con muchos hombres
e
incluso sedujo a un cura.
***
Aquí
yace Doña Casta
que
hizo honor a su nombre
al
no yacer con un hombre,
pues
fea era hasta decir basta.
***
Aquí
yace un usurero
que
en el cielo no va a entrar,
aunque
quiere negociar
con
el ínclito San Pedro.
***
Por
ser señora importante
le
erigieron este busto.
Su
marido del disgusto
se
consuela con su amante.
José M. Ramos. octubre 2011
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