¡Oh,
mis queridos lectores!
que con atención me honráis,
debéis
ser todos sabedores
de
que Jesús Muruais
fue
hombre de gran sapiencia;
de
latín fue catedrático
y
abominó la ciencia
pese
a un padre matemático.
Y
conociendo el latín
con
competencia de experto,
osó
insultar a Clarín
y
declararlo un inepto.
Y
aunque fue Leopoldo Alas
muy
temido y respetado,
dejando
muy a las claras
su
calidad de letrado,
|
no
por ello obstáculo fue
que
Muruais criticara
su
obra de mala fe
y
de su reputación dudara.
Hoy
Clarín está endiosado
en
Panteón de literatos,
mientras
Muruais olvidado
en
modesto camposanto.
Así
que, según mi opinión,
esa
inquina poderosa,
sin
motivo ni razón,
era
envidia y no otra cosa.
|
José M. Ramos. Tarifa (Cádiz) 20 de julio 2011